¡Ninguna institución puede avanzar en su desarrollo si no pone la mirada en el futuro!.

Es por ello que celebramos 77 años al servicio del país con un espíritu de confianza y sereno optimismo. Asumimos esta convicción, porque hemos trabajado intensamente por construir una institución de calidad y de alto rendimiento. Ha sido un esfuerzo de largo plazo que nos llena de orgullo y satisfacción. Lo hemos hecho porque queremos seguir siendo un aporte en la noble tarea de hacer de Chile un país mejor.

Desde hace décadas nuestra Policía ha venido desarrollando un histórico proceso de cambio y reforma. Esto ha implicado no sólo la reconstrucción de activos tangibles, sino fundamentalmente, la modernización de los procedimientos, la actualización de los servicios y la renovación de la doctrina. Los planes Fénix y Minerva sentaron las bases de una nueva Policía.

Con esfuerzo hemos sido capaces de instalar términos de referencia que recrean el “mapa conceptual” de una policía moderna y preocupada de mejorar su gestión. Orientación a los resultados y a los usuarios, transparencia, calidad de los servicios, innovación, ética y deontología policial, accountability, legitimidad social y control de gestión, son parte de los conceptos que en la actualidad fundamentan y complementan nuestra misión.

Hoy nuestra institución es valorada como un buen socio estratégico y como un servicio público que contribuye decisivamente a la co-producción de la seguridad y la justicia. Ello ha sido producto de una “estrategia de desarrollo” (Plan MINERVA), que nos ha permitido asumir en plenitud la integralidad de nuestra misión. Históricamente se nos ha identificado como una Policía cuyas competencias técnicas han estado focalizadas básicamente en la investigación criminal, desconociéndose la amplitud de funciones que la ley nos otorga.

Prevención estratégica, control migratorio y seguridad internacional, así como seguridad pública y ciudadana, son también parte de nuestras responsabilidades. En rigor, hemos entendido que las sociedades modernas requieren contar con organizaciones policiales capaces de ofrecer prestaciones integrales o también llamadas de “ciclo completo”. Por lo tanto, somos una institución estratégica para el Estado en su conjunto. Ello implica que nuestros servicios no sólo están destinados al Sistema de Administración de Justicia, sino también al fortalecimiento de la seguridad interior, pública y ciudadana, conforme una lógica de co-producción.

En este contexto, estamos convencidos que no podemos restringir  nuestra visión y misión al sólo cumplimiento de las tareas de control y represión. Los ámbitos de acción policial son hoy mayores, situación coherente con una ciudadanía más exigente y consciente de sus derechos.

 

Es por eso que estamos llamados a  asumir cabalmente nuestro rol de servicio público. Esto implica poner la mirada en nuevas áreas de gestión como la rendición de cuentas, la participación en políticas públicas sobre seguridad, la vinculación con la comunidad, y la cooperación inter-sectorial. Hoy cada día somos interpelados para dar respuestas integrales e innovadoras, frente a demandas que se han complejizado. Nuestra legitimidad depende de ello.

Mucho hemos avanzado y crecido. No obstante ello, el camino está lejos de haber concluido. Hoy las necesidades son distintas y, por lo mismo, debemos ser capaces de adaptarnos a las nuevas realidades. Ello lo queremos hacer a partir de una renovada visión de futuro, que hemos llamado Plan Minerva II. Consolidar e innovar son los verbos rectores que marcarán nuestro futuro. Productividad y crecimiento, a su vez, son nuestros objetivos estratégicos.

Nuestra voluntad es avanzar hacia este norte a partir de un moderno plan de desarrollo, que es producto de nuestra experiencia y de un aprendizaje colectivo. Éste renueva el sentido de nuestros aportes, a través de conceptos claves como: alto rendimiento, especialización científico – técnica, calidad de los servicios, eficacia de las estrategias policiales y fortalecimiento del capital humano.

Sabemos que como Policía no podemos ni debemos estar aislados. En consecuencia, nuestra nueva estrategia asume que la apertura a la sociedad y el diálogo permanente con las autoridades son condiciones fundamentales y, en este marco, nuestro deber es integrarnos a los proyectos nacionales en materia de seguridad y justicia. El reconocimiento público que recibimos por nuestra labor en medio del terremoto de febrero pasado, es reflejo de la Policía que queremos ser.

Así, entonces, en esta hora en que el país enfrenta grandes desafíos, deseamos dar un nuevo salto en nuestra modernización. Aspiramos a seguir mejorando y optimizando nuestras capacidades, pues creemos que Chile así lo necesita.

Marcos Vásquez Meza
Director General
Policía de Investigaciones de Chile