Al alero de su sección de Ecología y Medioambiente, el Laboratorio de Criminalística (Lacrim) Central está dando los primeros pasos para conformar un área de especialidad que pueda ampliar las posibilidades de la investigación criminal en Chile. Un importante avance fue la concreción de la primera pericia, a fines de 2021.
Este hito se dio en noviembre del 2021, cuando el principal Centro de Análisis Forense de la PDI llevó a cabo, la primera pericia en la especialidad de Entomología Forense que busca consolidar está área en forma permanente. Su punto de inicio está en dos Sitios del Suceso, en dos comunas de la Región Metropolitana, vinculados entre sí por el hallazgo de restos cadavéricos de una misma persona.
Como resultado, se logró levantar evidencia entomológica, a partir de vestimentas, suelo superficial de restos hallados, para ser procesada en laboratorio y, a partir de los insectos analizados y las condiciones metereológicas del lugar, se propuso un intervalo post mortem mínimo (IPMm) y que los restos se encontraron en una condición de envoltura previa al hallazgo que generó cambio tanatológicos particulares.
Aunque la aplicación de la entomología forense ya ha sido aplicada en investigaciones previas y ha sido objeto de convenios con centros de estudios, como la Universidad de La Frontera y la Universidad de Chile, esta pericia pretende ser la precursora de muchas otras, buscando la consolidación de esta área de especialidad.
Para la jefa del Lacrim Central, prefecta Viviana Acevedo “el desarrollo de la nueva especialidad de Entomología Forense, pretende complementar las diferentes investigaciones criminalísticas, específicamente dentro del área médico-legal, ya que a partir de estudios científicos relacionados al tiempo de desarrollo de los insectos necrobiontes, es decir, que se desarrollan en cadáveres, es posible estimar la data de muerte del occiso. Además, la relación entre estos insectos y su hábitat también permite establecer si el cadáver ha sido trasladado desde algún lugar específico; mientras que la presencia de este tipo de evidencia asociada a algún sospechoso permitiría establecer su vínculo con el Sitio del Suceso”.
En específico, el profesional Christopher Oses -quien trabajó en el análisis de estos Sitios del Suceso- explica su labor señalando que “el entomólogo forense concurre al Sitio del Suceso con el objeto de levantar evidencia entomológica, es decir, insectos en estados inmaduros o adultos; como también, observar las condiciones particulares en las que ocurrió el proceso de descomposición del occiso, las cuales pueden tener implicancia en los insectos levantados. Luego, esta evidencia es trasladada al laboratorio para ser identificada a nivel de especie biológica y de ahí, relacionarla con los antecedentes meteorológicos y criminalísticos disponibles. La integración de todo lo anterior, dependiendo de cada caso, permite determinar información de interés forense”.
Actualmente, las solicitudes para este tipo de peritajes pueden provenir de las brigadas de homicidios del país, o de personal policial relacionado a investigaciones de hallazgos de cadáveres, a través de la sección de Ecología y Medioambiente del Lacrim Central.
Como precursor de muchas otras pericias, la importancia real de este primer peritaje, está en su aporte a la investigación policial que se base en establecer información criminalística complementaria.