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Detalle prensa

29-10-2021

Noticia

Nuevas iglesias se suman a catastro patrimonial

En 2018, un equipo de peritos y detectives dieron inicio a una inédita iniciativa que tiene como protagonistas a las comunidades aymaras de la Región de Arica y Parinacota. Más específicamente, al patrimonio nacional que guardan sus iglesias. Recientemente, el Laboratorio Regional dio inicio a la segunda parte de esta gran tarea, sumando un importante aporte del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).


El proyecto “Levantamiento Forense de Iglesias Andinas Patrimoniales en Comunidades Aymaras, II parte” se adjudicó 39 millones de pesos del presupuesto regional, que están destinados principalmente a la compra de equipamiento que permitirá desarrollar de mejor forma el trabajo en terreno.  Ello incluye un estudio fotográfico portátil y un espectrómetro analizador de metales.

Lo que se está realizando en cada una de las 34 iglesias andinas que, a la fecha, han sido declaradas Patrimonio Nacional, en la categoría, Patrimonio Histórico, es un levantamiento pericial de cada una de las piezas eclesiásticas que se encuentran al interior de estos templos para poder contar con un inventario de las mismas, útil frente a un eventual robo, daño o destrucción de estas especies.

El robo de artículos de valor patrimonial es una realidad a nivel mundial y casos como el robo la campana de la iglesia de Livicar en 2009, o  de la espada del Expresidente Manuel Bulnes desde el Museo Histórico Nacional de Santiago, en 2016, son ejemplos de que Chile no está exento de riegos.

“A partir de esa realidad, surgió la inquietud de buscar una fórmula para resguardar este patrimonio, de alto valor cultural y comercial. Elegimos un instrumento objetivo y metodológico, el de la ´filiación forense`, es decir, inventariar al detalle. Se trata de identificar todas las características de cada uno de los artículos, tales como peso, dimensiones, composición de su materialidad y finalmente, realizar su fijación fotográfica profesional” explica la subprefecta Carlina Flores, jefa del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) Arica.

Una vez concluido este laboratorio, se espera finalizar con la elaboración de un “catálogo forense de filiación” bajo los estándares internacionales establecidos por Interpol, en su ámbito de encargo de obras de arte y material cultural robado.

En 2018, cuando se inició este trabajo, se llegó a realizar el levantamiento en 21 iglesias. La complejidad de la tarea obligó a dividirla en 3 etapas. La segunda, a realizarse entre octubre y diciembre de este año, sumará 6 nuevos templos, dejando los últimos 7 para la última fase, que se espera concretar en 2020.

Ello porque se trata de una acucioso labor que debe contemplar una serie de factores para su óptimo cumplimiento. “Esta tarea requiere una articulación que primero, se debe realizar con la autorización del obispado de Arica, donde a su vez se coordina con la comunidad a cargo de la administración de las iglesias. El trabajo se realiza in situ, a una altura promedio de 3.500 msn”, explica la jefa del Laboratorio regional. Del mismo modo, agrega, antes de comenzar con la labor de los peritos, en cada localidad se lleva a cabo la ceremonia aymara conocida como “Pawa”.

Para el perito documental y profesor de historia, José Henríquez, los elementos que dan complejidad a esta iniciativa se relacionan con: la importancia de coordinar con cada una de las comunidades que habitan en sectores de difícil acceso y que, hasta la fecha, solo contaban con la tradición oral para el registro de los objetos patrimoniales; las dificultades geográficas como el trabajar en altura, llegando incluso hasta los 5.000 msn, el tipo de caminos y el tiempo requerido para los traslados, donde, por ejemplo, hay trayectos de 6 horas de viaje; y por último, la necesidad de conocer y respetar la cultura local.

El equipo incluye, a nivel de especialidades, a 2 peritos fotógrafos, 1 documental, 1 en huellas (también profesor de historia), 1 balístico, y 1 mecánico. Este último, dependiente del Lacrim Iquique. Por parte de las comunidades locales, es relevante la participación de mayordomos, alféreces, fabriqueros, y párrocos de la diócesis de San Marcos de Arica.

La ejecución de la segunda etapa se inició el pasado 23 de octubre, en la localidad de Belén, comuna de Putre y, las iglesias que serán incluidas son: Santiago Apóstol y Virgen de la Candelaria, ambas de la localidad de Belén; San Ildefonso, en Putre; Virgen del Rosario, en Cosapilla; Virgen Asunta, en Choquelimpie, todas ellas de la comuna de Putre, y San Miguel, en la localidad de San Miguel de Azapa, comuna de Arica.


 

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