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Detalle prensa

1-08-2022

Noticia

Identifican nuevas modalidades de lavado de activos

Desde enero de 2021 a la fecha, las investigaciones que buscan desfinanciar al crimen organizado, han logrado incautar más de 18 mil millones de pesos en diferentes bienes y activos. Estas cifras dan cuenta de la efectividad de la estrategia aplicada en la PDI para desestabilizar la estructura económica de los grupos criminales.


“El desafío es robustecer nuestra estrategia” afirma el subprefecto Johny Fica, jefe de la Brigada Investigadora de Lavado de Activos Metropolitana (Brilac), de cara a los nuevos escenarios que han detectado conforme avanzan las investigaciones que desarrollan en coordinación con otras áreas especializadas desde donde se persiguen los “delitos base” cuyas ganancias ilícitas son las que se busca ocultar por parte del crimen organizado.

En todo el 2021 y lo que va del 2022, la Brilac ha trabajado sobre 674 casos (sumatoria de las órdenes de investigar e instrucciones particulares emitidas por el Ministerio Público) y desarticulado 6 organizaciones y 8 bandas criminales.

Durante este mismo período las investigaciones han logrado incautar $18.322.061.872 entre activos fijos; bienes inmuebles; dinero y valores; embarcaciones; metales; monedas virtuales; tabaco y otros activos (ver gráficas).

“Con las nuevas tecnologías se ha detectado que los sujetos están lavando dinero en plataformas que son digitales, ya ni siquiera utilizan el sistema bancario, utilizan cuentas alternativas, plataformas de inversión que no tienen representación en Chile, monedas y billeteras virtuales” señala el subprefecto Fica.

Las investigaciones de la unidad que dirige han permitido detectar modalidades que representan innovaciones respecto de las tradicionales.

Explica que entre ellas, se encuentra el “Hawala Black Exchange”, una forma mejorada y optimizada de un método de transferencia informal de fondos generalmente utilizado en el ámbito internacional. Es una estructura compleja, estratificada y jerárquica que,  en su forma básica, requiere de un remitente, un destinatario y dos intermediarios (uno en el lugar de envío y otro en el destino)  a cargo de realizar transferencias mediante efectivo. Más parecida al trueque que a la banca formal, la informalidad de esta modalidad ha servido para financiar el crimen organizado. Hoy se ha visto potenciada con las operativas tradicionales mediante la utilización de casas de cambio, así como de las nuevas tecnologías financieras (Fintech).

También hace referencia al uso de criptomonedas: “Conforme a los tiempos actuales, no es un secreto que las tecnologías alojadas en el Blockchain son utilizadas para la ocultación y disimulación de dineros que buscan financiar actos delictivos, o bien resguardar las utilidades obtenidas por los mismos”.

También existe una tercera modalidad. “Las nuevas complejidades económicas internacionales, así como los sistemas anti-lavado implementados en diferentes países, han despertado el interés de las organizaciones criminales de operar mediante la inversión y contrabando de metales preciosos. Ello, usando esquemas societarios empresariales y comerciales que les permiten el resguardo de sus movimientos, la inversión internacional y el contrabando de este tipo de metales. El oro adulterado u obtenido de forma ilícita se vende bajo la apariencia de que fue extraído de forma legal, distribuyéndose y poniéndose en venta en joyerías, con posibles compradores que desconocen su real procedencia”, precisa.

Estrategia investigativa

Enfrentar esta criminalidad que evoluciona conforme avanza la sociedad y las tecnologías requiere realizar adaptaciones, lo cual es una constante para la Brigada de Lavado de Activos Metropolitana. “Para la PDI, la estrategia de atacar el  patrimonio o atacar la estructura financiera de los grupos criminales o -como se hace hoy en día- del crimen organizado, no es nuevo”, asevera el jefe de esta unidad especializada.

Sobre este último, explica que desde mediados de los 90, cuando se creó el Departamento de Análisis Criminal Financiero (DACRIF), desde la Policía Civil se ha perseguido el patrimonio de los narcotraficantes en base a la Ley de Drogas. Posteriormente, con la promulgación de la ley de lavado de activos se abre la posibilidad de ampliar los delitos base. Ello conlleva que en 2002, se adopta como estrategia la creación de la Brigada Investigadora de Lavado de Activos, la cual hasta hoy está preocupada de la persecución de este delito.

“Desde el punto de vista técnico, la PDI tiene la capacidad instalada, los conocimientos, el aprendizaje y la experiencia. Esto no es nuevo. La actualidad nos impone que debemos reforzar lo que ya tenemos, es una actualización constante para ir a la par de las organizaciones criminales, porque éstas siempre buscan nuevas formas de obtener el lucro y proteger sus ganancias. El desafío es robustecer nuestra estrategia para que vaya  en la misma línea de lo que hoy se requiere”, concluye el subprefecto.